l i b r o s
Río herido (Edícola, 2016)
¿Cómo escribir un nombre
que nació herido,
antes de ser escrito
antes del origen
de la letra?
*
El secreto en la rotura
de la lengua
como quien se apuñala
a sí mismo
para salvarse.

El territorio del viaje (Archipiélago, 2017)
Quise adentrarme en el bosque
comer algunas moras
estirar las piernas en soledad
Saco algunas fotografías:
un escarabajo intenta subir una hoja
al nido de un ave
un zorro contempla el vuelo
de unas libélulas
la huella de un perdigón
incrustada en el tronco
de un roble.

Guerra Florida (Del Aire, 2018)
Bajo el resplandor
nuestras pieles
se iluminaron doradas
como un ojo de jaguar
que abre el secreto
del arcoíris en su pupila
y sucumbe ante el fulgor
de los signos
En este pedazo de mundo
siempre se trata de un cometa

Piñen (Pez espiral, 2019)
La pita aferrada a ladrillos brutos, revestidos de cemento. Amarrada al óxido de los clavos o en la trama de una cuerda que se empuña a los alambres. Brotando de una posición asentada en la construcción a medias de cualquier patio aventurado a la hiedra. A los artefactos que se ordenan en el reciclaje de otras basuras. Tachos de loza, juguetes viejos, muebles rotos y barro, siempre barro.

Las aguas dejaron de unirse a otras aguas (Pez espiral, 2020)
Prendemos un fogón
para calmar la humedad.
Una tetera tiznada reposa
sobre el fuego.
Más allá, las manos de mi abuelo hendiduras profundas
como su título de merced.
Revuelve la leña
y apresura el calor.

El territorio del viaje (Edícola, 2022)
La tibieza del atardecer desciende
hasta la profundidad del bosque.
Continúo
saludo a viejos ulmos, sus flores se agitan.
¿Cómo permanecer en ese lenguaje?

Piñen (Las afueras, 2022)
Se vuelve al barro del mismo modo en que nacemos. Como un matorral de cardos o yuyos que a pesar de la pena se agitan al viento y vuelven a ser maleza a la inversa: se muere para volver a la tierra seca.

Todas quisimos ser el sol (Las Guachas, 2023)
Soñamos con caballos
que giran alrededor de la casa
como si el centro del universo
estuviese en este pedazo de tierra.
En el sueño
les abro la puerta
para cabalgar y anochecer
sobre sus lomos.

Chilco (Seix Barral, 2023)
Intenté comprender el dolor, aunque me fuese ajeno.
Después de eso, ya nada me resultaba tan ajeno.
Chilco era un cuerpo que se arrastra, una matriz
ausente, un brazo que falta.
Chilco era un órgano que no me creció y, de repente,
me volvía incompleta.

Sutura de las aguas (Kikuyo, 2024)
No idealizo ninguna de nuestras vivencias.
Me interesan sus pliegues, sus contradicciones.
Sus fuera de lugar.
Tampoco pienso en jerarquías puristas o competencias de subalternidad. Sólo intento armar un mapa roto, tan roto, aunque sea con esquirlas.
